lunes, 9 de junio de 2014

Mensaje para los adolecentes



Para comenzar a entender, o llegar a una aproximación de la noción de 
rebeldía, se podría exponer la siguiente idea: rebelde es aquella persona difícil  
de educar, que presenta comportamientos de ira o protesta frente a algo o alguien.
En los adolescentes, actitudes como: Andar desarreglado, dejar el cuarto en desorden, no participar de la vida en familia, querer estar siempre solo, no avisar a dónde va, maquillarse demasiado, llevar ropa sucia y rota, colgarse del teléfono durante horas, ser irritable y agresivo, amenazar con irse de la casa, o no hacer planes junto con el resto de la familia, son algunos de los comportamientos más representativos que presentan los jóvenes, en su casa o colegio.
Por otra parte se debe saber que tener un hijo difícil, rebelde, desobediente, a veces violento, que no admite límites, no es un problema sin solución. Si contesta mal, miente, grita, da portazos, a veces ha robado, esto no significa que será un ladrón o un violento para siempre. Pero sí se debe considerar que es un hijo con problemas, que no se siente bien, que no se siente comprendido, que no se cree valioso y que no puede valorar el amor de su familia .
Con frecuencia se supone que se hace lo mejor y no siempre es así. Los padres y docentes se esfuerzan pero consultan a especialistas cuando el problema ya es grave y cuando comienza insisten en métodos sin resultado: gritan, golpean y cada vez las cosas se ponen peor.
Pero ¿por qué nos desobedecen? ¿Por qué es tan difícil que entiendan lo que es bueno para ellos? ¿Qué podemos hacer para evitar que hagan lo que quieran y se causen daño?
Es importante escucharlos aunque lo que digan parezca necio, saber de qué se quejan ayuda a poder cambiar la manera de manejar la situación. No todos los chicos se rebelan de la misma forma ni se niegan a obedecer las mismas cosas pero hay que saber qué les molesta y les duele. Para que aprendan a aceptar un NO se debe saber por qué lo rechaza. La desobediencia siempre tiene una causa que la justifica, pero de continuar genera inseguridad y rechazo social. 
¿Qué pueden hacer los padres? 
Ser buenos modelos. Escucharlos, compartir tiempo en familia.
Escuchar sus palabras, gestos y actitudes, esto ayudará a entender su rebeldía.
El chico debe comprender lo que se le pide y esto no puede superar las posibilidades de nuestro hijo. 
No criticarlo constantemente ni burlarse de él.
Si el chico no hace algo que debe hacer, nadie lo hará por él.
Comprender que ser firmes no es dejar de ser razonables y coherentes, por lo tanto no humillarlo o ponerse violentos ni gritar. 
CONSEJO
Criar hijos nunca fue tarea fácil, pero para hacer y ofrecer lo mejor por ellos, como mínimo, los padres necesitan estar atentos y conocerlos como nadie. De la preadolescencia en adelante, los hijos pasan por muchas transformaciones, es una fase de descubrimientos, desafíos y también muchas exigencias. Es justamente en ese momento que sus hijos necesitan, aun más, del apoyo incondicional de los padres.
Sin embargo, algunos, frente a las dificultades encontradas, se terminan frustrando en medio del camino, pero no es motivo para desesperarse. Es necesario, antes que nada, reevaluar la forma de cómo han actuado y repensar si están realmente en el camino correcto.
Después de todo, para todo existe una salida, incluso en ese difícil proceso en el que hay que educar a un niño para la vida y hacerlo valioso delante de la sociedad y, sobre todo, delante de Dios, quien, además, lo conoce desde el vientre de su madre.
Con buenos consejos, paciencia, amor y mucha dedicación es posible ver a su hijo bien encaminado. Y más que eso, compañero y amigo

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