La Biblia dice que Dios
es el Espíritu Santo es una Persona.
El Espíritu Santo es Dios, porque Él posee los atributos y características de Dios. Por ejemplo, la omnipresencia del Espíritu Santo es visto en el Salmo 139:7-8: "¿A dónde iré de tu Espíritu, o adónde huiré de tu presencia? Si subo al cielo, allí estás tú: si hago mi lecho en el infierno, he aquí allí tú estás”.
En I Corintios 2:10, vemos que la característica de la omnisciencia del Espíritu Santo: "Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
El Espíritu Santo es Dios, porque Él posee los atributos y características de Dios. Por ejemplo, la omnipresencia del Espíritu Santo es visto en el Salmo 139:7-8: "¿A dónde iré de tu Espíritu, o adónde huiré de tu presencia? Si subo al cielo, allí estás tú: si hago mi lecho en el infierno, he aquí allí tú estás”.
En I Corintios 2:10, vemos que la característica de la omnisciencia del Espíritu Santo: "Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu: porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
El Espíritu Santo es la tercera "persona" de la Trinidad. Como Dios, el Espíritu Santo realmente puede funcionar como el Consolador y Consejero que Jesús prometió (Juan 14:16,26,15:26).
Es el pecado el que nos impide ser llenos del Espíritu Santo y la obediencia a Dios es la forma en la que todavía estamos llenos del Espíritu.
Es el pecado el que nos impide ser llenos del Espíritu Santo y la obediencia a Dios es la forma en la que todavía estamos llenos del Espíritu.
Nuestra atención debe centrarse en la integridad, como está escrito en Efesios 5:18. A pesar de esto, orar para ser llenos del Espíritu Santo no es lo que nos hace estar llenos de Él. Sólo nuestra obediencia a Dios permite la libertad de espíritu para trabajar dentro de nosotros. De inmediato debemos apartarnos del
pecado, y así renovar nuestro compromiso de ser llenos del Espíritu Santo y ser guiados por él.
Para no dejar de caminar en el espíritu debemos ser fervientes en espíritu- MR. 12:11 - sirviendo al Señor. Ser fervientes en el Espíritu es el amor del Señor y su propósito.
Para no dejar de caminar en el espíritu debemos ser fervientes en espíritu- MR. 12:11 - sirviendo al Señor. Ser fervientes en el Espíritu es el amor del Señor y su propósito.
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